El Trastorno Límite de Personalidad (TLP) es un trastorno que afecta a muchos aspectos de la vida de quién lo padece. La manera que tienen de vivir las relaciones y la inestabilidad que suelen experimentar hacen que sus relaciones tengan muchos conflictos.
Es por eso por lo que es frecuente encontrar en juicios de custodia a parejas compuestas por al menos una persona con TLP. Además, siendo un trastorno tan estigmatizado las personas suelen estar predispuestas a achacarle la culpa de los conflictos o los fallos en la relación.
En este artículo explicaremos qué es el TLP, cómo afecta a la parentalidad y cómo se tiene en cuenta en los juicios de custodia.
¿Qué es el Trastorno Límite de Personalidad (TLP)?
Es una condición que afecta la regulación de las emociones de quien lo sufre, así como la manera en la que se relaciona con los demás. Esto genera una propensión a iniciar conflictos recurrentes además de sufrimiento por no ser capaz de gestionar sus propias emociones.
Las características que comparten las personas con TLP son:
- Inestabilidad emocional: Experimentan cambios en su estado de ánimo muy intensos y repentinos. Sobre todo en situaciones de estrés.
- Relaciones intensas y fluctuantes: Pueden alternar entre idealizar en exceso a otras personas o rechazarlas.
- Miedo al abandono: Tienen un miedo profundo al abandono, ya sea real o imaginado, lo que provoca reacciones desmedidas a los comportamientos relacionados con ello.
- Impulsividad: Suelen hacer acciones rápidas sin ararse a pensar en las consecuencias. Estas pueden incluir compras impulsivas, atracones, discusiones…)
- Inestabilidad en su autoimagen: Suelen haber muchos cambios en sus metas o valores, lo que les hace pensar que no saben bien quiénes son.
- Dificultad para regular emociones: Suelen tener reacciones desproporcionadamente fuertes ante eventos o situaciones en las que otras personas reaccionarían con menos intensidad.
¿El Trastorno Límite de Personalidad tiene tratamiento?
Sí. El TLP no es algo que tenga cura. Al final es una condición que describe la manera en la que gestionan sus emociones y sus relaciones. De todas formas, esto no quiere decir que desde la Psicología no se pueda ayudar a estas personas. Sí hay tratamientos y estos están enfocados a enseñar a la persona que lo sufre a vivir una vida plena a pesar del trastorno. Los principales tratamientos son los siguientes:
Terapia Dialéctico-Conductual
Esta terapia de tercera generación trabaja 4 aspectos principales en el TLP.
- La a inestabilidad afectiva
- El trastorno de identidad
- La impulsividad
- Las dificultades en las relaciones sociales
Esto lo consigue a través del desarrollo de la regulación emocional, la tolerancia al malestar, las habilidades interpersonales y el mindfulness.
Terapia Basada en la Mentalización
Es una terapia de corte psicoanalítico basada en la teoría del apego. Esta terapia trabaja sobre la mentalización, que es el proceso por el cual comprendemos a nosotros mismos y al resto a través de estados subjetivos, como deseos o pensamientos. Esta habilidad se desarrolla con el tiempo y, si se ha tenido problemas en este proceso, se puede acabar teniendo síntomas de TLP. Este modelo defiende que estos síntomas son manifestaciones de modos pre-mentalizadores de funcionamiento psíquico.
La manera que tiene de abordar este trastorno es con un tratamiento compuesto por tres fases:
- Fase inicial: compuesta por la evaluación de la capacidad de mentalización del paciente y el intento de conseguir que se involucre en el tratamiento.
- Fase media: compuesta por terapia individual y grupal. El terapeuta debe evitar la contratransferencia, manteniendo la alianza terapéutica.
- Fase final: consiste en la preparación del paciente para la finalización del tratamiento.
Terapia Focalizada en la Transferencia
Es una terapia hecha para tratar trastornos graves de la personalidad como el TLP. La característica principal de este tratamiento es la relación terapéutica entre el terapeuta y el paciente. De esta manera, se trabaja en la actualización de experiencias relacionales tempranas disfuncionales. Que deben ir saliendo a medida que se desarrolla la relación terapéutica. Tiene como objetivo la mejora de la integración de la identidad y la estabilidad emocional.
Terapia de Esquemas
Es un tratamiento que busca determinar qué esquemas tempranos son disfuncionales para poder modificarlos y favorecer en el paciente comportamientos más saludables. Los esquemas tempranos disfuncionales son patrones de comportamiento y de pensamiento que se desarrollan en la infancia y afectan la manera en la que nos comportamos en el presente.
A través de la relación terapéutica, se explora la manera que tiene l paciente de relacionarse con otras personas se identifican estos esquemas y se intenta modificarlos a través del entrenamiento en estilos de afrontamiento.
El Trastorno Límite de Personalidad y la parentalidad
No todos los padres con TLP acaban siendo padres problemáticos, ya que pueden desarrollar estrategias estables para gestionar los síntomas. Aun así, padecer TLP puede afectar a varios aspectos de la parentalidad.
- Gestión emocional: El padre puede tener reacciones impredecibles y puede acabar echando la culpa al hijo de esas reacciones.
- Apego: El miedo al abandono que experimenta el padre puede acabar haciendo que se vuelva sobreprotector. También puede haber inconsistencia en la distancia del vínculo, debido a la posible alternancia entre cercanía intensa y distanciamiento repentino.
- Conflictos: La impulsividad puede aumentar la predisposición a la aparición de conflictos y la intensidad emocional puede hacer que esos conflictos sean difíciles de reparar.
- Organización: La impulsividad puede hacer difícil mantener las rutinas, lo que afecta a la planificación diaria o a al respeto de normas y límites.
Riesgos del Trastorno Límite de Personalidad en el contexto de custodia
Ha varios aspectos de este trastorno que se tienen en cuenta en los juicios de custodia.
- Alteraciones intensas ante el estrés que afecten al cuidado de los hijos.
- Decisiones repentinas, como mudanzas, cambios de rutina, rupturas de acuerdos… que afecten el estilo de vida de los hijos.
- Inestabilidad en las relaciones que provocan dificultades para mantener los acuerdos de parentalidad y conflictos frecuentes.
- Conductas de riesgo como autolesiones, abuso de sustancias, en general, conductas que generan preocupación por la seguridad del menor.
- Inconsistencias en los límites y las rutinas, se evalúa las dificultades para mantener reglas.
Estos riesgos se pueden reducir teniendo una buena red de apoyo, yendo a terapia, desarrollando herramientas para tener buenas reacciones en situaciones de crisis y demostrando que se puede ofrecer un cuidado estable a los hijos.
El informe pericial psicológico en casos de TLP
En los juicios de custodia, que una parte tenga TLP no significa que, de manera automática, pierda la custodia de su hijo, ya que este trastorno no determina la aptitud parental. Lo que sí puede determinar la aptitud parental teniendo en cuenta el TLP es un informe pericial psicológico.
El perito, un psicólogo forense, evalúa la capacidad parental de cada progenitor, los factores de riesgo que pueden existir para el menor, cómo pueden afectar los síntomas del TLP en la crianza del hijo y qué condiciones pueden favorecer la crianza en un entorno saludable.
La evaluación que hace del progenitor con TLP incluye un análisis de cómo maneja el estrés y reacciona a la frustración, de cómo planifica su día a día y organiza las rutinas, de cómo se comunica con el otro progenitor y colabora con él y de cómo ofrece seguridad emocional a su hijo y reconoce sus emociones.
El perito también realiza una evaluación del hijo, fijándose sobre todo en sus reacciones emocionales, en su vínculo con cada progenitor y en su nivel de vulnerabilidad.
Por último, analiza también el contexto familiar. Esto incluye identificar los apoyos que tiene la familia, recoger información sobre conflictos anteriores y valorar la estabilidad del entorno.
Es importante recalcar que en el informe y en el juicio no solo se tiene en cuenta el diagnóstico, sino también la manera que tiene el progenitor de gestionar los síntomas y cómo afecta al menor. Y todo esto se evalúa mediante entrevistas semiestructuradas, pruebas psicológicas, observación y revisión del historial.
Estigmatización del Trastorno Límite de Personalidad en procesos judiciales
Desde hace mucho tiempo. el TLP ha sido objetivo de estigmatización por la sociedad. La gente ha acabado asimilando los síntomas que lo componen como características definitorias de las personas que lo padecen. Sin embargo, estas personas pueden ser tan empáticas, capaces y funcionales como cualquier otra.
Estos están muy extendidos y pueden llegar a manifestarse incluso en un juzgado. Las principales formas que tienen de hacerlo son:
- En la valoración pericial. Se puede dar mucha importancia a los riesgos del trastorno en el cuidado del hijo sin tener en cuenta los factores protectores.
- En las decisiones judiciales. El juez puede interpretar el TLP como un impedimento total en el cuidado del menor, ya sea por miedo o desconocimiento.
- En la defensa legal. Se puede usar la etiqueta de TLP como algo negativo en favor de una estrategia judicial.
La estigmatización puede verse aumentada por la falta de información sobre el trastorno, por la percepción mediática y social, por solo tener en cuenta el diagnóstico clínico y no el desempeño parental actual y por la realización de informes periciales que no tengan en cuenta los factores protectores.
Todo esto se evitaría formando a los implicados en sensibilización hacia personas que padecen TLP, usando información objetiva y basada en la evidencia, teniendo en cuenta las fortalezas y los apoyos del progenitor y teniendo siempre en cuenta el interés superior del menor.
Conclusión
Es una realidad que las personas con TLP presentan dificultades en las relaciones, la impulsividad y le gestión de emociones. Pero un diagnóstico de este trastorno no debería ni es suficiente para perder la custodia de un menor. Quienes lo padecen pueden ser capaces de desarrollar herramientas para mejorar estos síntomas y poder ofrecer un cuidado de calidad a sus hijos.
Por eso es importante solicitar un informe pericial psicológico que pueda evaluar con precisión el desempeño real de la parentalidad. Para comprobar si existen esas herramientas y esos factores protectores que puedan determinar la aptitud del progenitor en el cuidado del menor. A fin de cuentas, tener TLP no significa que alguien sea incapaz de tener relaciones estables, solo significa que tiene más dificultades para conseguirlo y que con terapia y apoyo puede llegar a hacerlo.




