La familia es aquel lugar donde las personas buscamos amor, refugio y apoyo. Sin embargo, para muchos, este supuesto espacio seguro se convierte en un entorno de miedo y de dolor. La violencia intrafamiliar es una realidad silenciosa que ocurre en millones de hogares. El problema es que en la mayoría de ocasiones esta permanece oculta detrás de las cuatro paredes de casa, invisibilizada en muchas ocasiones debido al silencio y a la vergüenza.
No es fácil hablar de este tema, pero es importante. Resulta fundamental entender qué es, cómo se manifiesta y qué pasos debe seguir la persona para romper este ciclo que destruye relaciones y vidas. Este artículo examina las causas de la violencia intrafamiliar, sus síntomas y efectos, y cómo se puede trabajar de forma conjunta para crear un ambiente familiar más seguro y sano.
¿Qué es la violencia intrafamiliar?
La violencia intrafamiliar se refiere a cualquier tipo de agresión que puede aparecer dentro de una familia y puede ser ejercida por uno o por más miembros de la familia contra otra persona. No se limita sólo al abuso físico. Esta violencia incluye también la agresión psicológica, la emocional, la económica, la sexual e incluso la negligencia.
Este tipo de violencia es particularmente dañina porque sucede en un ambiente que debería ser de apoyo y de protección. Por miedo, por vergüenza o por dependencia, las víctimas a menudo no denuncian la situación, perpetuando a su vez un ciclo de abuso que afecta tanto a los involucrados como a las generaciones futuras.
Tipos de violencia intrafamiliar
- Violencia Física:
Engloba golpear, empujar, quemar o cualquier acto que puede causar daño físico. Es seguramente la forma más visible de violencia, pero no es la única.
- Violencia psicológica o emocional:
Consiste en insultos, amenazas, humillaciones, control excesivo, manipulación y cualquier otra conducta dirigida a debilitar la autoestima de la víctima.
- Violencia Sexual:
Incluye cualquier tipo de abuso sexual o de agresión sexual que se ejerce dentro de la familia, se incluye la violación, los tocamientos no consentidos o los actos sexuales forzados.
- Violencia Económica:
Sucede cuando la persona que controla los recursos económicos de la familia lo hace con el fin de dominar o de restringir a otros miembros de la familia. Esto puede incluir incluso negar el acceso al dinero, no permitir que la otra persona trabaje o manipular las finanzas de la víctima.
- Negligencia:
La falta de cuidado y de atención a los miembros más vulnerables de la familia, como niños, adultos mayores o personas con discapacidad.
¿Cuáles son las señales más comunes de la violencia intrafamiliar?
En la mayoría de ocasiones, las víctimas no son capaces de hablar de la situación, sin embargo, sí que existen diversas señales que pueden ayudar a identificar si alguien está experimentado violencia intrafamiliar:
- Cambios en el comportamiento: La víctima presenta sentimientos de ansiedad, aislamiento, miedo constante o depresión.
- Lesiones que no se pueden justificar: Las justificaciones que da la víctima sobre los golpes o heridas que presenta no coinciden con las explicaciones que da.
- Dependencia emocional o económica: En algunas ocasiones, la víctima puede que se sienta incapaz de huir de la relación, ya sea por falta de recursos o por simplemente tener miedo
- Conductas autodestructivas: Es común que la víctima se refugie en comportamientos como el abuso de sustancias, las autolesiones o incluso los intentos de sucidio.
Es fundamental prestar especial atención a la conducta que presenta el agresor, ya que este puede mostrar comportamientos extraños y preocupantes como celos extremos, un control excesivo, actitudes autoritarias y una necesidad constante de ejercer poder sobre los demás
Las fases de la violencia intrafamiliar
La violencia intrafamiliar no ocurre de forma espontánea, sino que sigue un patrón de manera cíclica que puede repetirse una y otra vez, atrapando por tanto a las víctimas en una dinámica de abuso. El ciclo de la violencia está formado por 4 fases, y explica cómo se alternan momentos de tensión, de agresión y de arrepentimiento:
- Acumulación de tensión: La relación en esta etapa es cada vez más inestable. En esta fase el agresor muestra actitudes de irritabilidad y de mal humor, y busca de forma constante cualquier motivo para poder recriminar o controlar a la víctima. Dentro del hogar el ambiente se encuentra en tensión, las víctimas intentan evitar cualquier situación que el agresor pueda interpretar como una provocación. No obstante, la tensión sigue aumentando hasta que no puede sostenerse más.
- Fase de explosión: En esta fase, la tensión que ha sido acumulada en la fase anterior, se transforma en actos de violencia. Es en este momento, cuando el agresor pierde el control y usa la fuerza física, el maltrato verbal o el abuso psicológico contra la víctima. Este episodio no tiene un tiempo de duración determinado, debido a que puede durar desde minutos hasta días. Además, a menudo, suele dejar consecuencias físicas o emocionales.
- Fase de arrepentimiento o reconciliación: Después de la fase de explosión, el agresor suele mostrar una conducta de arrepentimiento. Es común que pida disculpas, que haga gestos cariñosos o regalos y que prometa que va a cambiar y que estas situaciones de maltrato no volverán a ocurrir. Esta fase es conocida más informalmente como “Luna de miel”, en esta etapa la víctima muestra esperanza en que la situación puede mejorar, sin embargo, este cambio solo es temporal.
- Reparación de la tensión: Este ciclo no se rompe y por tanto la relación vuelve a la primera fase, a la de acumulación de tensión, reiniciándo otra vez todo el proceso. Con el paso del tiempo, las fases tienden a ser más frecuentes y la intensidad de la violencia suele aumentar
Este ciclo mantiene la violencia intrafamiliar complicando que la víctima intente salir de la situación, ya sea por miedo, por dependencia emocional o por la creencia de que el agresor puede cambiar.
¿Cuáles son las consecuencias de la violencia intrafamiliar?
- Consecuencias psicológicas:
Las víctimas de esta violencia sufren: Ansiedad, estrés postraumático, una baja autoestima, depresión y, en casos de gravedad, intentos suicidas.
- Consecuencias físicas:
Lesiones que son visibles, enfermedades crónicas que son derivadas del estrés o incluso discapacidades permanentes.
- Impacto en los niños:
Los niños que crecen en ambientes donde predomina la violencia, pueden desarrollar problemas emocionales, dificultades en la escuela, y también patrones de conducta agresiva o sumisa.
- Afectaciones a largo plazo:
Las víctimas que sufren esta violencia pueden tener problemas para establecer relaciones sanas en el futuro y puede que vivan con miedo o con desconfianza constante.
¿Cómo romper el ciclo de violencia?
- Reconocer el problema
El primer paso para conseguir salir del ciclo de violencia es que la víctima reconozca que hay un problema. Esto puede resultar realmente difícil de entender y de afrontar tanto para la víctima como para las personas cercanas que rodean al agresor o a la víctima
- Buscar apoyo profesional
En la actualidad existen diversos profesionales como los terapeutas, los psicólogos o los trabajadores sociales que están capacitados para ofrecer la ayuda necesaria.
Además de estos profesionales, también hay organizaciones que pueden ofrecer recursos y orientación para afrontar la situación de la mejor forma
- Crear un plan de seguridad
Cuando la víctima decide que es el momento de escapar de la situación, tienen que tomarse las precauciones adecuadas, ya que salir de estas situaciones puede resultar peligroso. Es fundamental contar con un lugar seguro, que se conozcan las rutas de escape y que se disponga de dinero necesario para salir adelante.
Además, es crucial que las víctimas cuenten con el apoyo de personas de su confianza.
- Denunciar el abuso
Es necesario denunciar el abuso, las denuncias no solo protegen a la víctima sino que además son el principal paso para que los agresores se enfrenten a las consecuencias de sus actos. A pesar de que tomar esta decisión es complicado, porque está presente una sensación de miedo y de incertidumbre, denunciar es clave para romper la violencia y para proteger a las personas afectadas.
- Crear redes de apoyo:
Es bastante común que los agresores utilicen el aislamiento como herramienta para mantener el control. Por lo tanto, es realmente importante que las víctimas cuenten con el apoyo de las personas de su entorno, amigos, familia, instituciones… El sentimiento de sentirse acompañado y comprendido puede fortalecer enormemente la capacidad para superar la situación
Papel de los profesionales en casos de violencia intrafamiliar
Una intervención adecuada por parte de especialistas es fundamental para afrontar este problema de la manera más efectiva posibles:
- Psicólogos: El apoyo psicológico es esencial para las víctimas. Estos profesionales ayudan a que las víctimas procesen el trauma, a que sean capaces de reconstruir su autoestima y a trabajar en el manejo de sus emociones. Además también pueden intervenir con el agresor, siempre que este esté predispuesto a cambiar y haya buscado ayuda.
- Servicios sociales: En muchas situaciones, los trabajadores sociales son los primeros que detectan situaciones de violencia intrafamiliar. Estos pueden funcionar como vínculo con refugios, programas de ayuda económica o con entidades jurídicas
- Asistencia jurídica: Los abogados expertos en derecho familiar pueden ayudar a las víctimas en la adquisición de medidas de protección, como una orden de alejamiento, y a administrar procesos legales para asegurar la seguridad de la víctima y las personas de su alrededor
- Mediación educativa: Es habitual que las familias necesiten adquirir nuevas maneras de interactuar. Los programas y talleres de educación pueden enseñar habilidades de comunicación y gestión de conflictos para prevenir la reaparición de la violencia
¿Cómo prevenir la violencia intrafamiliar?
A continuación se muestran algunas de las acciones que pueden ser cruciales para la prevención de la violencia intrafamiliar
- Educación emocional: Desde la infancia, es crucial enseñar a los niños a identificar y manifestar sus emociones de forma sana. Esto ayuda a prevenir que se repitan patrones violentos en el futuro
- Comunicación en la familia: Fomentar espacios de conversación en la casa refuerza los vínculos familiares y disminuye los malentendidos que podrían convertirse en conflictos
- Reducir factores de riesgo: El estrés económico, el abuso de sustancias y la ausencia de redes de apoyo, pueden ser factores desencadenantes de violencia. Es fundamental tratar estos problemas mediante recursos comunitarios y gubernamentales
- Sensibilización social: La violencia intrafamiliar no debería ser un tema tabú. Conversar abiertamente sobre sus impactos y cómo evitarla contribuye a crear una sociedad mucho más consciente y solidaria con los demás
El proceso de recuperación después de sufrir violencia intrafamiliar
Escapar de una situación de violencia intrafamiliar es posible, aunque se necesita tiempo, apoyo y dedicación. El proceso de recuperación implica lo siguiente:
- Proceso terapéutico: La terapia es un recurso poderoso para vencer el impacto emocional de la violencia. Con el apoyo adecuado, las víctimas pueden recuperar su confianza y descubrir nuevos propósitos
- Reconstrucción de relaciones: Si los lazos familiares han sido afectados por la violencia, es imprescindible que se trabaje en la reparación de todas estas relaciones. En otras situaciones, eliminar el contacto con el agresor será el paso más sano.
- Reinvención personal: Muchas víctimas encuentran fuerza en redescubrir cuáles eran sus intereses, en definir objetivos personales y en desarrollar nuevas habilidades que les facilitarán la recuperación de su autonomía
Conclusión
La violencia intrafamiliar es un problema complicado que puede afectar a todas las familias, pero no tiene por qué ser permanente. Identificar su presencia, buscar apoyo y realizar acciones para modificar la situación son pasos esenciales para construir un futuro más seguro y sano.
Hablar sobre esta situación no solo beneficia a las víctimas, sino a todo la sociedad. Para que todas las personas tomen conciencia sobre la relevancia de que las relaciones se basen en respeto, en amor y en empatía. Ninguna persona debería experimentar miedo en su propia casa, y conjuntamente las personas podemos esforzarnos para que cada familia sea un lugar seguro.